La Organización Mundial de la Salud desde hace 6 años difundió las recomendaciones para que los planes de estudios de las facultades y escuelas de medicina facilitaran a los estudiantes la adquisición de competencias en materia de seguridad del paciente. Para lograr un cambio eficaz en las organizaciones de salud en cuanto a la cultura de la seguridad es necesaria la educación de los profesionales de salud en todas sus etapas de formación.
En los últimos 30 años la atención clínica ha evolucionado significativamente debido a las innovaciones tecnológicas y a los avances en los métodos de investigación y conocimiento en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de las enfermedades.
Pero uno de los desafíos más grandes no es el de mantenerse actualizado en con los procedimientos más recientes, o el equipamiento de ultima generación, sino que, más bien, consiste en brindar una atención más segura en entornos complejos (1). La formación de los profesionales de la salud requiere del dominio conceptual de todos los aspectos relacionados con la seguridad del paciente como son: calidad de la atención, gestión del cuidado, seguridad del paciente y uso de indicadores de atención.
Es necesario potenciar la educación en seguridad del paciente, sus principios, herramientas, metodologías y enfoques que conlleven a una futura generaciones profesionales de la salud formados con el propósito de ejercer una atención centrada en el paciente. Los estudiantes de carreras de la salud, como futuros médicos y líderes en materia de atención clínica, también deben estar preparados para ejercer una atención segura. Si bien los programas curriculares se encuentran en permanente cambio con el fin de ir albergando los últimos descubrimientos y los nuevos saberes, el conocimiento de la seguridad del paciente resulta diferente de los demás conocimientos porque se aplica a todas las áreas del ejercicio profesional.
Los estudiantes de medicina, como futuros clínicos, no solo deberán saber cómo impactan los sistemas sobre la calidad y la seguridad de la atención clínica, sino también cómo una comunicación deficiente puede conllevar a eventos adversos, entre muchas otras cosas. La Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) proponen en su marco conceptual dos modelos.
En esta ocasión queremos compartir estos referentes importantes incluidos en la guía The WHO patient safety curriculum guide for medical schools. Quality and Safety in Health Care, el primero es el Marco Australiano sobre Educación en Seguridad del Paciente (APSEF, por su sigla en inglés), y el segundo el marca canadiense.
Marco Australiano sobre Educación en Seguridad del Paciente
El APSEF se desarrolló utilizando un enfoque dividido en cuatro etapas: una revisión de la literatura, una de desarrollo de áreas y temas de enseñanza, otra de clasificación en ámbitos de aprendizaje y otra de conversión a un formato basado en la actuación. Los temas del APSEF y los temas de la Guía Curricular de la OMS son:
- Comunicación eficaz
- Identificación, prevención y manejo de eventos adversos y desaciertos.
- Uso de la evidencia y la información
- Trabajo seguro
- Conducta ética
- Capacitación continua
- Cuestiones especificas: prevención del lugar, procedimiento y tratamiento equivocado para el paciente, control de las infecciones, etc.
El Marco canadiense
Canadá lanzó en 2009 un programa marco denominado “Las competencias en seguidad: cómo mejorar la seguridad del paciente en todas las profesiones de la salud”. Al igual que el enfoque australiano, brinda un marco de referencia interdisciplinario, práctico y útil sobre seguridad del paciente que identifica los conocimientos, habilidades y actitudes requeridos por todos los profesionales de la salud.
Fuente: Walton, M., Woodward, H., Van Staalduinen, S., Lemer, C., Greaves, F., Noble, D., … & Barraclough, B. (2011). The WHO patient safety curriculum guide for medical schools. Quality and Safety in Health Care, 19(6), 542-546.