Por: Luis Carlos Ortiz Monsalve, director ejecutivo

La reforma a la salud, que acaba de ser archivada por la Comisión Séptima del Senado, ha puesto al talento humano en salud en el centro de la discusión. Se debate si hay suficientes profesionales, técnicos y especialistas para implementar la reforma, si los perfiles y competencias del personal sanitario corresponden a las necesidades y características de la población y cómo reducir las brechas en su distribución territorial mejorando sus condiciones laborales y de ejercicio profesional.

Estos temas tienen una relación directa con la formación del talento humano por su incidencia tanto en la oferta cuantitativa nacional y territorial, como en los aspectos relacionados con su pertinencia y el impacto que estos tienen en la empleabilidad, salarios y condiciones laborales.

Ascofame participó en el debate haciendo observaciones y propuestas sobre aspectos relacionados con la educación de los médicos que se han expuesto y remitido al gobierno nacional y al Congreso de la República, puntualizando algunos desafíos que se deben abordar de manera prioritaria1.

Para empezar, se requiere estimar las necesidades y la demanda de médicos que implicará la implementación de la reforma. En el 2022 Colombia contaba con más de 127.000 médicos, con una densidad de 24,44 médicos por cada 10.000 habitantes2. Hoy se ofrecen 63 programas de medicina que titulan a más de 6.300 médicos cada año 3, faltado aún cuatro programas que no han graduado sus primeras cohortes, por lo cual el número de médicos graduados ascenderá a más de 6.500 por año.

Con estos datos, se estima que en el 2030 habrá más de 171.000 médicos, para una densidad de 31 médicos por 10.000 habitantes4, lo que ubicará a Colombia cerca del promedio actual de este indicador de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), que es de 34.

El aumento de médicos es un aspecto positivo para el país, pero plantea algunos retos: ¿el sistema de salud y sus instituciones contarán con los suficientes recursos financieros, tecnológicos y de infraestructura de servicios para ubicar y remunerar los médicos adecuadamente?; ¿cuáles son las estrategias e incentivos para mejorar la distribución territorial de los médicos?; ¿cómo mejorar el acceso de los médicos a la formación posgradual, especialmente a las Especialidades Médico-Quirúrgicas (EMQ)?

De otro lado, el crecimiento en el del número de programas y de cupos de educación médica de pregrado y posgrado ha generado una competencia por los escenarios clínicos, en ocasiones mediada por el pago de contraprestaciones en dinero, que complejiza la relación docencia-servicio, desvía la atención de los objetivos esenciales de la educación y propicia la entrada de instituciones no idóneas o sin la vocación para formar al personal sanitario.

Esta es una situación que requiere el liderazgo y la intervención de las autoridades sanitarias y del ministerio de educación, buscando que los principios y objetivos de relación docencia-servicio (Decreto 2376 de 2010) primen sobre otras consideraciones.

Por otra parte, es importante promover la habilitación de escenarios de formación en el primer nivel de atención y en ambientes comunitarios, coherentes con la necesidad de implementar la estrategia de Atención Primaria en Salud (APS) y así fortalecer aspectos como la promoción de la salud y la capacidad resolutiva de los servicios primarios, objetivos sobre los cuales existe consenso en el proceso actual de la reforma a la salud.

Para responder a estos retos y orientar las acciones y recursos de las instituciones educativas y de salud, se requiere contar con un modelo de atención que homogenice conceptos, precise responsabilidades y determine los requerimientos cuantitativos y competencias de los médicos y del talento humano en salud. El modelo también es clave para diseñar las acciones de educación continua de los equipos de salud, en quienes se sustentará en gran medida la implementación de las reformas que se aprueben.

En cualquier caso, bajo las actuales circunstancias, la autorización para erigir más programas de medicina sin tener claras las necesidades y capacidades del sistema, puede generar desfases de oferta y demanda que afectarán la empleabilidad y remuneración de los médicos; agudizará la competencia por los escenarios de práctica e incentivará las contraprestaciones monetarias, impactando la calidad y la pertinencia de los futuros profesionales de la salud.

Junto con la relación docencia servicio, se debe avanzar en los demás factores que inciden en la calidad y la pertinencia de la educación médica. Contamos con un sistema de garantía de la calidad de la educación superior que se viene consolidando, con reconocimiento nacional e internacional5, pero con elementos por mejorar, como la articulación entre las autoridades sanitarias y educativas, la racionalización de los procesos de evaluación de la calidad, la armonización entre el registro calificado y la acreditación, para mencionar algunos.

Ascofame y sus facultades de medicina están comprometidas con estos propósitos. En 2019 se publicaron las recomendaciones para mejorar la pertinencia de la educación médica6, promoviendo su adopción a través de foros regionales y seguimientos realizados a las facultades entre el 2019 y el 2023. También existe un compromiso estatutario que responsabiliza a todas sus facultades asociadas con la acreditación. Hoy 38 programas de medicina (60.3% de los 63 que hay en el país) tienen acreditación de alta calidad7, de los cuales 37 hacen parte de Ascofame, los demás están avanzando para lograr este reconocimiento, con un seguimiento periódico por parte de la Asociación.

Por otra parte, el fortalecimiento de la disponibilidad de médicos especialistas es otro objetivo que debe aunar voluntades de los sectores de salud y educación. El país cuenta con más de 36.6008 médicos especialistas, resultado del crecimiento sostenido de la oferta de programas y cupos en las dos últimas décadas. Sin embargo, los especialistas tienden a concentrase en los grandes centros urbanos y existe una percepción de insuficiencia que se agudiza en algunas regiones y áreas de especialización, sin que existan estudios actualizados que permitan cuantificarla.

Ascofame ha manifestado públicamente su compromiso con el fortalecimiento de la formación de médicos especialistas, pero se requiere que las autoridades sanitarias prioricen las regiones y áreas de especialización para enfocar los esfuerzos de las facultades, dado que hoy se ofrecen más de 70 denominaciones de EMQ distintas, a través de más de 470 programas en todo el territorio nacional que gradúan a más de 1.800 especialistas cada año9.

Además, es necesario agilizar los procesos de autorización de habilitación de programas de EMQ y el aumento de cupos que hoy pueden tomar más de dos años. Para esto, a finales del 2023, Ascofame presentó una propuesta que busca autorizar el aumento de cupos en los programas de EMQ de facultades acreditadas mediante un procedimiento extraordinario que agilice las autorizaciones, con fundamento en el artículo 23 de la Ley 1797 de 2016.Lo anterior se debe complementar con estrategias para mejorar la disponibilidad y permanencia de los especialistas en territorios desatendidos.

Finalmente, la implementación de un examen único nacional de ingreso a las EMQ permitirá establecer un piso habilitante para el ingreso de los médicos a estos programas, que se complementará con pruebas específicas para cada especialidad realizadas por las facultades de medicina, como ya Ascofame lo ha propuesto al gobierno nacional y al Congreso de la República. En esta línea, Ascofame ha puesto a disposición su reconocida experiencia en el diseño y aplicación de este tipo de pruebas en proyectos como el Premio al Mejor Interno Ascofame y los procesos de selección de residentes para programas de EMQ de Instituciones de Educación Superior públicas y privadas.

A pesar el archivo del proyecto de reforma a la salud, los desafíos señalados para la educación médica siguen vigentes, por lo cual es un compromiso de Ascofame continuar trabajando con el gobierno y los agentes de los sectores de salud y educación, para fortalecer la calidad y la pertinencia de la educación médica y lograr el mejor impacto en la salud de la población, como lo establece su misión fundacional.

 


1 El 23 de febrero de 2023, Ascofame realizó el foro virtual: Reforma a la salud y educación médica, donde decanos, docentes y expertos intercambiaron sus opiniones y perspectivas sobre los retos de la reforma para la educación médica. Las conclusiones del Foro sirvieron de base para el presente artículo.

2 Fuente: Observatorio de Talento Humano en Salud. Consulta realizada en enero 2 de 2024. https://www.sispro.gov.co/observatorios/ontalentohumano/Paginas/Indicadores.aspx

3 Fuente: Sistema Nacional de Información de la Educación Superior, SNIES. https://snies.mineducacion.gov.co/portal/ESTADISTICAS/Bases-consolidadas/

4 Estimaciones propias con base en información histórica del SNIES.

5 En 2023 del Consejo Nacional de Acreditación (CNA) fue certificado como organismo acreditador por parte de la Federación Mundial de Educación Médica (WFME), lo cual implica que sus acreditaciones tienen reconocimiento internacional. Este proceso contó con el apoyo y acompañamiento de Ascofame.

6 Los documentos con las recomendaciones se pueden acceder en: https://ascofame.org.co/web/consejo-general-educacion-medica/#1594751531883-cd9c0a11-51ab

7 Fuente: Sistema Nacional de Información de la Educación Superior, SNIES https://hecaa.mineducacion.gov.co/consultaspublicas/programas

8 Fuente: Ministerio de Salud

9 Fuente: Sistema Nacional de Información de la Educación Superior, SNIES https://snies.mineducacion.gov.co/portal/ESTADISTICAS/Bases-consolidadas/